Una conclusión...


Estos días estuve pensando varías cosas y llegue a una conclusión, o tal vez no sea conclusión pero aquí trataré de explicarla.

Llega un momento de la vida, o del proceso por el que estás pasando en el que no queda más que aceptar las cosas. Cuando llegas a ese punto, las cosas van tomando su lugar, poco a poco… todo es poco a poco, no nos aceleremos.

Yo pensaba que cuando me sentía ofendida o herida por alguien, tenía que aprender a perdonar y a dejar atrás las cosas rápido, porque si no lo hacía, estaba siendo mala, resentida y estaba rechazando a la otra persona… y, aunque algunas cosas si son ciertas, lo que realmente debo hacer es tomarme mi tiempo.
No, no está mal tomarte un tiempo.
Un tiempo para pensar que fue lo que me hirió, un tiempo para perdonar y sanar la herida, un tiempo para perdonarme por sentirme herida y un tiempo para aceptar que todos en algún momento de nuestra vida vamos a herir a alguien y de igual manera nos lo harán.

Pero también he aprendido que esto se hace en silencio. Sin hacer drama, sin echarle en cara a la o las otras personas nada, sin tratar de regresar la ofensa y sin hacerme la víctima. Claro, esto lo aprendí echando a perder, porque siempre reaccione de esa manera. Ahora sé que cualquiera de esas cosas hacen el problema más grande  y pues en pocas palabras, haces pedo donde no hay.

Toma tiempo, evalúa la situación. ¿Vale la pena? ¿Valdrá la pena acercarme a la persona para hablarlo o no?, depende de ti. No voy a decir lo que se debe de hacer, cada quien sabrá hasta qué punto decide perdonar, aclarar, escuchar… etc..  en sus relaciones personales.

Lo que sí aún no he sabido descifrar del todo es hasta qué punto debo tratar de comprender a la otra persona y sus acciones. Hay una línea delgada entre tolerar y ser masoquista como para aguantar ciertas acciones o situaciones.

Hay que recordar que no todos son tus amigos, no todos quieren el bien para ti  y no todos buscan la paz, hay gente que vive para chingar y no saben otra manera.

Es importante también ser responsable de lo que hacemos y decimos, pero saber hasta donde es mi responsabilidad y hasta donde es la de la otra persona. Habrá quien nunca reconozca su manera de proceder y solo vea como la otra persona “lo jodio”. Tal vez lo lleguen a reconocer algún día, pero ya es su pedo.
Aceptar el rechazo de la otra persona, aunque sea difícil. Ahora te toca ser rechazado, pero ¿cuantas veces nosotros rechazamos a algo o alguien?

No nos enganchemos, vivamos cada momento y cada cosa como es. No nos victimicemos, todos pasamos por lo mismo aunque en diferentes situaciones, aprendamos de cada situación y ya.
Todo pasa, todo es temporal, todo es como es y no hay de otra.

Hoy te sientes mal… mañana solo será un mal recuerdo y con el paso del tiempo, te vas a reír de esto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Soy una mierda” o eso quiero creer

Te dijeron que tu depresión era incurable.